lunes, 21 de marzo de 2016

Enzo Trossero: "Para mí, el paladar negro no existe; existe ganar."

Por Diego Borinsky para EL GRAFICO

1 ¿Quién es Enzo Trossero? Un tipo que desde muy chico ama el fútbol, y que a los 62 años lo sigue amando. Un muchacho común, con dos hijos, cuatro nietos y una vida simple.

2 Apodo de infancia. En Colón me decían Gringo, porque soy rubio y venía del interior. En mi pueblo me llaman Fito, no sé por qué. De hecho, cuando voy a Esmeralda, la ciudad de Santa Fe donde nací, o San Francisco, la de Córdoba donde estudié, me siguen diciendo Fito.

3 ¿No te decían Chancha, también? Así me decían Bertoni y Larrosa, a los que también apodaban Chancha, y antes de que los cargara, me anticipaban desde lejos con un “¿Qué hacés Chancha?”. La prensa, después, me puso Vikingo, porque era rubio, de pelo largo, medio noruego, también iba fuerte…

4 ¿Qué es Esmeralda? El pueblo de 350 habitantes que dejé a los 12 años para estudiar en San Francisco. Mis viejos tenían un negocio de ramos generales, donde había desde artículos de librería hasta ropa interior y jabones, los típicos negocios de pueblo que cada vez existen menos. Jugábamos en el Club Atlético Esmeralda, y de ahí un grupo nos fuimos a Sportivo Belgrano, de San Francisco. No había pavimento, y cuando llovía había que ir en tren, porque el camino era todo barro. Y si perdíamos el tren a Esmeralda, nos teníamos que tomar otro a Zenón Pereyra y caminar 7 kilómetros.

5 ¿Llegaste a jugar en la Primera de sportivo? Claro, en la liga cordobesa, a los 16 años jugaba en la Primera. El nuestro era el único equipo del interior de la provincia, el resto, todos de Córdoba capital: Talleres, Belgrano, y varios más. En ese campeonato enfrenté a Kempes, Ardiles, Luis Galván, Cata Oviedo, Mameli, a Bernardo Patricio Cos, a la Pepona Rinaldi. Teníamos un equipo competitivo.

6 ¿Y qué sentiste al ver a Independiente yendo a jugar a la cancha de sportivo hace dos años? Me costó. Por un lado, sentí una alegría enorme de que Sportivo llegara al Nacional B y, por el otro, una tristeza profunda por la situación del Rojo. Jugaron en la misma cancha donde jugaba yo, solo que le agregaron una tribuna para 3000 personas. Ver al Rey de Copas ahí fue realmente increíble.

7 Travesuras de pibe. Cazar pajaritos con mi papá: hacía bolitas de barro y las ponía en el horno para que se endurecieran y después tirábamos con la gomera. Me gustaba mucho, también jugar a las bochas y a la pelota, claro, estábamos todo el día con la pelota.

8 ¿Te tocó el servicio militar? Sí, y fue terrible, muy complicado. Recuerdo haber vuelto del campeonato sudamericano de Arica a las 12 del mediodía en vez de a las 6 de la mañana y me dieron 10 días de arresto. Y suerte que no me metieron en el cuartito, donde te dejaban encerrado por 48 horas en un espacio de un metro por un metro. Liceo Militar General Belgrano de Santa Fe. Te obligaban a hacer cuatro horas de guardia, cuatro dormías, cuatro de guardia, y cuatro dormías. Si te mandaban como retén eran 6 horas a la noche, en la cuadra donde dormían los soldados.

9 ¿Armado? Claro, armado de combate, había que proteger a los soldados. En ese liceo, la guerrilla había matado a un capitán y a un teniente primero. Dos veces estuvimos las 24 horas de guardia porque decían que iban a tomar el liceo, en 1975, días muy complicados.

10 ¿Cómo hacías para entrenarte cuando hacías la colimba? Todos los lunes me recibía mi jefe, el mayor López, que odiaba el fútbol. Cuando con Colón jugaba en Buenos Aires, llegábamos a Santa Fe a las 3 de la mañana, me iba a la pensión donde vivía con el Negro Baley y Hugo Coscia, de ahí me tomaba dos colectivos, y llegaba al liceo a la mañana. Había dos soldados amigos míos que eran fanáticos de Colón y querían hacer la guardia por mí, pero como llegaba tarde, me sacaban “raneando” hasta el cuartel, me hacían vestir de combate y me dejaban de guardia hasta el martes. Así fue durante 6 meses: tenía que ir todos los días al liceo a las 6, me daban autorización para salir a las 8, me tomaba el colectivo para ir a entrenar y después me tenía que presentar. Durísimo.

11 ¿Te perdiste partidos? Cuando me dieron 10 días de arresto no pude jugar un partido contra Banfield, y al domingo siguiente nos tocaba Boca. Recién me dieron permiso para entrenar el miércoles: le terminamos ganando 4-1 y metí un gol. Salí de la colimba gracias a Pizzi, el padre de Juan, que era el médico de Colón: me vino a ver a la pensión y tenía hepatitis. Yo ni me había enterado. Me mandaron a buscar con una ambulancia militar y me llevaron a Esmeralda. Ahí estuve 2 meses en reposo.

12 Hoy es imposible pensar que un jugador de un equipo de la A tenga que hacer esos sacrificios. Olvidate. Lo peor es que yo era el acompañante del subdirector del liceo, el coronel Niño. Lo íbamos a buscar con el chofer y yo iba de custodio, con la FAL, porque nosotros sabíamos tirar con FAL.

13 Metiste muchos goles de cabeza y tiro libre en tu carrera, ¿cuál era la clave? Tiros libre practicaba muchísimo: ponía un palo de escoba o un banderín a un metro y medio del palo y tenía que meterla entre el banderín y el palo, y después iba achicando cada vez más hasta llegar a 30 centímetros. Me quedaba cualquier cantidad de tiempo pateando. No hay demasiados misterios.

14 ¿Y en los de cabeza? Ahí me agarró Spadaro, que venía de Estudiantes, y me enseñó: decía que saltaba bien, pero no sabía poner el cuerpo y me hacía practicar eso, acomodar al contrario con el codo, con el hombro, desplazarlo, para que al otro le resulte difícil saltar. Yo saltaba muy alto, pero me faltaba eso.

15 ¿Cuáles son los atributos principales de un buen defensor central? Primero, capacidad de mando. Saber manejar las situaciones. Hablar y ordenar. Un defensor central tiene que ser como una lechuza, que parece que gira todo el cuerpo y siempre está mirando a sus compañeros, al rival y a la pelota. El posicionamiento en el campo es importante también. En eso, miraba mucho al Burro Rocchia, de Ferro: era lento, pero tenía la capacidad para estar en un buen lugar y así anticipar la acción.

16 ¿Por qué a tantos entrenadores les gustan los centrales zurdos? Quizás porque hay pocos zurdos, ya que el 90% de las personas son derechas, entonces cuando ves un equipo con 3 o 4 zurdos parece más vistoso, te da otra dimensión del juego.

17 Fuiste compañero de Oscar Víctor Trossero en Nantes, ¿de qué murió? De un aneurisma con paro cardíaco, nada que ver con el doping, como se especuló. De hecho, Estela, la mujer, les había iniciado juicio a los diarios por eso. Víctor era un tipo sano, jugué dos años con él.

18 ¿Había pica entre los jugadores de Estudiantes y los de Independiente cuando arrancó Bilardo en la selección? Había un respeto muy grande. Y unos años después terminé yendo a jugar a Estudiantes y me recibieron espectacular, a pesar de todo lo que se decía.

19 ¿Te agarraste a piñas con algún compañero? Tuve alguna trifulca en mi segunda etapa de Independiente: había diferencias entre los grandes y los más jóvenes. Ahí fue muy importante Pastoriza, que supo negociar y arregló las cosas. Los más jóvenes hacían algunos desplantes y a los grandes nos molestaba.

20 ¿Con Pastoriza te peleabas? Teníamos un carácter muy especial los dos, somos geminianos y nacimos el mismo día, el 23 de mayo, yo en 1953 y el Pato en 1942. Lo respetaba mucho, pero teníamos nuestros chispazos. Una vez, entrenando en Arsenal, me echó de la cancha. Y a los cinco minutos me gritó: “Dale, Enzo, no te puedo dejar afuera, volvé”.

21 ¿Su gran táctica era hacer buenos asados? Noooo, el Pato era un tipo muy inteligente, bastante parecido al Gitano Juárez y al Flaco Menotti. No eran de los que más trabajaban tácticamente, porque tampoco en esa época se usaba tanto, pero sabían elegir jugadores y ponerlos dentro de la cancha.

22 ¿Cómo eran esos famosos asados? Se hacían los jueves, y por ahí aparecía Jaime Torres a tocar el charango u otro artista. Eran otras épocas: se permitía tomar alcohol, pero tranquilo. También nos reuníamos a la salida en un bar de la esquina y picábamos algo. Esas costumbres se perdieron; hoy, a la salida se van todos corriendo.

23 En la final del Nacional 77 contra Talleres, ¿intuías que los iban a bombear? Para nada. Recién lo pensé en la revancha, cuando el juez no nos cobró un penal clarito con el partido 1-0 para nosotros. Al poco tiempo les dio un penal a ellos que no fue y cuando convalidó el gol con la mano de Bocanelli para el 2-1, ya no me quedó ninguna duda y entendí que Nuccetelli, el presidente de Talleres, tenía muy buenos vínculos con los militares.

24 Recordame lo que fuiste sintiendo en el partido… Empezamos ganando 1-0: una pelota que pateó Larrosa, se la bajé de cabeza a Outes y metió el gol. Después, pasó lo que te conté recién, el gol de Bocanelli fue groseramente con la mano y ahí fuimos a protestarle a Barreiro a la mitad de la cancha. Lo echó al Negro Galván, después a mí, y después vino Larrosa y le dijo: “Si echaste a ellos dos, echame a mí también”. Y el tipo va y lo expulsa. Ahí llegaron Pagnanini y el Loco Riganti, que también tendrían que haber sido expulsados. Hubo muchas protestas en forma vehemente pero nunca insulté. Entró Pastoriza a calmarnos, porque nosotros queríamos retirar al equipo. Dicen que bajó también Julio Grondona para evitarlo.

25 ¿Dónde viste el partido? Nos tuvimos que ir al vestuario y tratábamos de ver por la ventana. Al entrar al vestuario, el Negro Galván le pegó una piña a una puerta de vidrio y se lastimó toda la mano. Fue raro, porque Talleres tenía un equipazo, eran 11 contra 8, y se perdieron varios goles, porque uno quería lucirse más que el otro, y lo terminó empatando el Bocha, que justo cumplía años. Yo ni llegué a ver el gol.

26 ¿Les costó salir de la cancha? Al contrario, la gente aplaudía, increíble. Estaban todas las casas y los autos del barrio pintados de azul y blanco, una cosa espectacular.

27 ¿Cuántas fechas te dieron? Nos mataron: 20 a Galván, 20 a mí y 15 a Larrosa, pero el Negro y la Chancha zafaron porque se fueron a entrenar con la Selección. Yo estaba en el grupo de 40 preseleccionados y quedé afuera. Fue muy triste, 153 días sin jugar, más de cinco meses, pero por otro lado, como siempre fui un tipo que me esforzaba mucho para cumplir metas, y todos decían que iba a volver gordo, me maté entrenándome. Independiente jugaba los domingos y yo me iba a entrenar solo a la cancha a la mañana y volví impecable.

28 ¿Grondona no pudo hacer nada? No. Fue una gran injusticia. Le escribí una carta a Barreiro con Fernández Schnoor, el médico del plantel, para que me explicara por qué había actuado así, pero nunca me contestó. Un tiempito después, lo limpiaron del referato.

29 Vos suponés que hubo algo… ¡Por supuesto! Y algo gravísimo. Nos entregaron. No sé por qué, no puedo decir si eran los militares que estaban con Nuccetelli, si hubo plata o qué, pero que nos entregaron, nos entregaron.

30 Cuando ganaste la Copa libertadores en 1984, ¿se te cruzó que iba a ser la última de Independiente? Esas cosas son imposibles de pensar en el momento. Lo que jugamos en esa final contra el Gremio en Brasil fue impresionante. Ganamos 1-0 y El Gráfico puso varios 10. Le dimos un baile impresionante, tres tiros en los palos, el gol de Burru...

31 ¿Sentías algo especial por Malvinas antes de salir a jugar contra Liverpool por la Intercontinental 84? Por supuesto, ¡muy especial! Había un wing derecho de apellido Johnston, muy rápido, y le dije a Enrique: “Escuchame, Loco, si te vas al ataque y perdés la pelota, cuando vuelvas con Johnston, yo corto a los dos, eh”. Y al final, al minuto de juego, el Loco le tiró una patada voladora que casi le arranca la cabeza. También estaba Ian Rush, el galés, al que le cabeceaba la espalda cada vez que saltábamos. No lo podía agarrar, medía 1,90, hasta que de golpe se dio vuelta y me pegó un sopapo. El brasileño Arpi Filho ni se percató, me quedé mirándolo. Igual, él se llevó la espalda llena de moretones.

32 ¿Hubo incidentes al final? Me acerqué al vestuario de ellos para cambiar la camiseta y me sacaron a pechazo limpio. A los 10 minutos, apareció Kenny Daglish por el nuestro para darme su camiseta.

33 ¿Qué recordás de ese viaje a Japón? Que viajamos 36 horas, íbamos en asientitos angostos, en económica. Antes no te daban la comida de ahora, se fumaba en el avión…El mundo cambió. No lo veo a un jugador de esta Selección viajando en económica, ¿vos lo ves? Fuimos con las camisetas que te sobraba del puño, el buzo te iba grande, y los ingleses llegaban con una pinta impresionante. Como árbitro de nuestros picados estaba Cherquis Bialo, imaginate. Fuimos campeones un domingo y el miércoles ya estábamos jugamos en Hong Kong para ganarnos unos pesos más. Llegamos un sábado para jugar al día siguiente con Ferro, porque nos daban un premio especial. De locos.

34 ¿Cuánto les pagaron por ser campeones del mundo? Reite: 800 dólares a cada uno. Ese fue el premio. En esa época, Independiente iba a jugar al extranjero y cobrábamos 40 dólares por partido, te juro (risas). 

35 ¿Qué se siente ser el capitán que levanta una Intercontinental? Yo agarré la Intercontinental, Marangoni la Toyota, festejamos, dimos la vuelta, y listo. No se le daba tanta importancia, no había tantos medios.

36 ¿Te habías ilusionado con jugar el Mundial 78? La verdad que sí, porque estaba muy muy bien. Son momentos, viste. En la Selección jugué cerca de 30 partidos, otro tanto fui suplente, pero pasé de largo en los Mundiales: en el 78 estaba entre los 40 y quedé afuera, en el 82 fui, pero no jugué ni un minuto, y para el 86 fui titular toda la Eliminatoria y me limpiaron sobre la hora. ¿Qué voy a hacer?

37 ¿A España 82 fuiste con la idea de jugar? Claro, porque en uno de los últimos partidos, contra Checoslovaquia en el Monumental, fui titular y elegido el mejor del partido. No sirvió para mucho.

38 ¿Y por qué no jugaste ni un partido? Porque no me puso Menotti (risas). Para mí, había tres jugadores que en ese momento teníamos que jugar para darle al equipo la renovación necesaria: Olarticoechea, Patricio Hernández y yo. Y no puso a ninguno de los tres. Unos años después, tomando un café en El Aguila, enfrente de River, estaba Menotti con Poncini y Cayetano y me mandaron llamar para hablar, y les contesté que no tenía nada que hablar y me quedé con mi mujer.

39 Porque estabas enojado… Por supuesto: si la rompía y no jugué ni un minuto. Contento no podía estar, yo tenía mi personalidad.

40 ¿Por qué le fue mal a esa selección que tenía mejor plantel que la del 78? Porque tendría que haber cambiado a los jugadores, es lógico, lo mismo que le pasó a Bilardo en el 90. Había una muy buena base del 78 pero había otros, como estos tres que te nombré, que le podríamos haber dado otra frescura.

41 ¿Qué recordás del día que le pegaron una patada a Maradona bajando del micro por las Eliminatorias del 86? Fue terrible: bajaba del colectivo para el hotel, ahí no había seguridad ni vallas ni nada y de repente aparece un muchacho y le da una patada en la rodilla. Le tuvieron que sacar líquido para que pudiera jugar. Esas cosas hoy son inimaginables.

42 ¿Te puso mal quedar afuera del Mundial 86 o te pareció lógico? Muy mal me puso. Marcelo Araujo, que tenía relación cercana con Bilardo, me llamó por teléfono unas semanas antes de que dieran la lista y me dijo: “Quedate tranquilo que vos vas”. Y un mes antes del Mundial, Carlos me citó en Juan B. Justo y Corrientes, en un bar. Pensé: “Me llama para decirme que me lleva” (se frota las manos) y ahí nomás me larga: “Te llevo como amigo o como ayudante, pero no te puedo llevar como jugador”. Entonces agarré el café, se lo tiré, y me fui (risas).

43 ¿Le tiraste el café? Sí, se lo tiré ahí encima y me fui. No le pregunté nada.

44 “El técnico me engañó”, declaraste después en El Gráfico… Es la realidad, viste. Me había puesto de titular en el último amistoso en México y me limpió. Algo parecido le pasó al Flaco Gareca y a Miguel Russo. Los tres fuimos pilares que lo bancamos mucho en tiempos complicados.

45 ¿Es cierto que jugaste en River? Me llamó Santilli en el 86, porque se habían ido Gutiérrez y Ruggeri al Mundial, yo había rescindido con Toluca y jugué un par de amistosos… Se ve que mucho no los convencí, me vino a buscar Estudiantes, y firmé con ellos, jugué 6 meses y en diciembre dejé el fútbol.

46 Ahí nomás empezaste como técnico... A los pocos meses me llamó Grondona para avisarme que Bilardo me quería sumar a su equipo de trabajo. “No quiero hablar del pasado, solo te quiero preguntar si querés trabajar conmigo”, me dijo Bilardo. Empecé, por suerte, porque aprendí cualquier cantidad, pero del pasado no hablamos nada.

47 ¿Qué hiciste? Empecé como ayudante de Pachamé en el Sub 20. Pacha es un tipo al que quiero muchísimo. Trabajamos con el equipo que iba al Mundial de Arabia Saudita, en 1988, estaban Simeone, Mohamed, Carracedo, Gamboa. Perdimos 1-0 con Brasil en cuartos de final y después seguí al Sub 17 que jugó el Mundial de Escocia y más tarde ya integré el cuerpo técnico de la Mayor en la Copa América 89 y en el Mundial de Italia.

48 ¿Estuviste en Italia 90? Sí, pero me fui en la mitad. Antes, Carlos me había mandado a seguir jugadores. Fuimos con Pacha a ver a Burruchaga, estuvimos dos semanas con él, porque lo habían operado de la rodilla. Seguimos con Sensini y Balbo, fuimos a ver a Lorenzo al Bari, a Caniggia al Atalanta, Calderón al PSG, a Márcico en Toulouse. Preparaba informes: si entrenaba bien o no, si tenía problemas, si estaba flaco o gordo, charlaba con ellos.

49 ¿Y por qué te fuiste en la mitad del Mundial? Porque me contactaron del Sion para que fuera el técnico y tanto Grondona como los muchachos del cuerpo técnico me dijeron que no dejara pasar la oportunidad. Ahí el clima estaba difícil, había mucha tensión, estaban todos eléctricos, saltaba una chispita y se incendiaba todo.

50 ¿Cómo es jugar en Suiza? ¿No te aburrías? ¡Europa es magnífico! ¿A ver si te deben 2 meses de sueldo? ¿A ver si va la barra brava a cagarte a trompadas? ¿A ver si no te respetan el contrato y te echan a los 6 partidos? Después, sí, la sociedad suiza es fría, pasás 7 u 8 meses con temperaturas muy bajas, es cuestión de adaptarse. Yo me equivoqué al volver, cuando estaba como entrenador de la selección de Suiza, porque la gente me adoraba, a pesar de haber quedado eliminado para el Mundial 2002, perdiendo dos partidos por 1-0.

51 ¿Por qué te fuiste? Porque me vino a buscar Independiente. Un error: a los 6 meses me terminé yendo del Rojo. Y encima no me pagaron. Con Villaverde debemos ser de los pocos que no le hicimos juicio.

52 ¿Por qué volviste tan rápido a Independiente desde Europa? Y… porque mis historias con el Rojo siempre fueron de ida y vuelta, porque me fueron a buscar. A mí, todas las historias de Independiente me beneficiaron y también me perjudicaron, como jugador y como técnico. Si vamos a la parte deportiva, me benefició, pero en la parte económica, me mató.

53 Entonces, ¿por qué volviste? Porque me fue a buscar Pedro Iso y me convenció. Y años después, me fue a buscar Grinbank y lo mismo. Mucha gente me dijo que no volviera, en ambos casos, y a esa gente no le hice caso y terminé muy perjudicado. Al principio querés la gloria, después decís: “Con la gloria no vivo”. Porque en nuestra época no se manejaban las cifras de ahora.

54 El jugador al que más le pegaste. Uno de los más difíciles de marcar fue el Mono Obberti, de Newell’s. Otro jodido era Márcico, porque te metía los brazos y era habilidoso. De repente, yo prefería marcar a tipos de potencia y fuerza, como Funes o Morete, los habilidosos me costaban más.

55 ¿Alguna vez fuiste a lastimar? No. De lo que sí me arrepiento es de haberle pegado un codazo a un jugador de Racing de Córdoba y romperle el ojo. Eso está muy mal.

56 Viviste varios años en Francia, ¿te sorprendieron los atentados? Me pareció tristísimo. Francia es un país muy abierto, es impresionante no solo la cantidad de africanos que hay, sino de yidahistas y les comen la cabeza. Dicen que son 40.000 o 50.000, con mucha plata y compran todo. Es lamentable. La única manera de resolver esto es que se junten Europa, Rusia y Estados Unidos.

57 ¿Cómo es dirigir en Arabia? Estuve cuatro años: dos en Al Shabab y dos en Al Ittihad. No es sencillo adaptarse, sobre todo los primeros meses. Depende mucho de los resultados, porque empezás a ganar, y todo se relaja bastante y te empiezan a ver y tratar de otra manera. Pude haberme quedado mucho más, porque las cosas me fueron muy bien, ganamos cuatro títulos, y me volví fundamentalmente por mi mamá, que era muy grande.

58 ¿No tomabas ni una gota de alcohol o eso es mentira y se consigue? Se debe conseguir pero no me iba a arriesgar a que me deportan. Mi mujer siempre tenía que ir con la túnica hasta el piso. Después hay muchos mitos: que cuando los tipos rezan, te tenés que ir. Que se paran los partidos para que los tipos se pongan a rezar. Nada que ver, se hablan boludeces. Se reza antes o después de los partidos y entrenamientos y, cuando lo hacen, vos te quedás a un costadito, no pasa nada.

59 ¿Qué otras cosas se dicen que no son? Que los islamistas tienen 5 o 6 mujeres. Imposible. El 95 % tiene una sola mujer; si no pueden mantener a una, ¿mirá si van a mantener a 5? No tuve ni un solo jugador que estuviera casado con más de una. Después, son muy elegantes en la ropa y tienen lo más moderno de todo, los mejores autos también.

60 Lo más loco que te pasó en Arabia. Que venga una persona con un parlante y te grite en la calle cuando estás con tu mujer, porque no puede mostrar los pies. Hay lugares, como Riad, que son más cerrados, donde te controlan que las túnicas lleguen hasta el piso y si no se acercan estos policías religiosos, los motawa, que van vestidos de marrón y te gritan por el parlante. Cuando llega la hora del rezo, están con una camioneta y un parlante, para que la gente vaya a rezar. O cuando nos llevaron a ver cómo procrean los camellos. Es curioso, porque cuando el macho no puede aparearse con la hembra se pone tan mal que la quiere matar, entonces los tienen que tener atados, con dos tipos al lado para controlarlos.

61 ¿Cómo es el fútbol en Guatemala? Como todo país de Centroamérica tiene mucha miseria y lugares espectaculares, es el contraste total. Países donde no hay clase media. Al fútbol le falta vuelo, pero el campeonato local es competitivo, el problema se da cuando juegan con otros países, ahí les cuesta mucho. Pero hay algunos como el Pescado Ruiz, que jugó 10 años en la MLS y fue elegido 4 veces el mejor jugador, que se destacan. Ahora están apareciendo algunos jugadores en la MLS que nacieron allá pero son hijos de inmigrantes y juegan en la selección de Guatemala. A la cancha no va mucha gente, le dan más bola al campeonato español, es increíble cómo hablan más de eso que del propio campeonato. Igual, por la calle a mí me reconocían, el fútbol es realmente popular.

62 ¿Te agarraste a piñas con periodistas alguna vez? No, pero los he encarado para decirles lo que pensaba. Muchas veces me enojé y defendí mis convicciones. Con Sport 80 tuvimos dificultades porque nos criticaban demasiado y le daban una gran manija a Estudiantes y estuvimos mucho tiempo sin darles reportajes hasta que nos reunimos en el Constitución Palace y hubo un arreglo.

63 ¿Te gusta la gestión de Moyano en Independiente? Si vos hablás con los empleados del club, están super contentos porque cobran. Después, es una incógnita cómo hicieron para gastar 200 palos en 17 jugadores con todo lo que debían. No sé si habrán mejorado los sponsors, habrá subido la cantidad de socios o será simplemente el poder de Moyano, pero el club está mucho mejor: los empleados al día, está terminando el estadio, el campo de entrenamiento ha mejorado de manera notable. La última vez que había ido a Domínico solo trabajaban 30 juveniles porque a otros 30 no les podían dar de comer ni darles un techo. Un papelón. Ahora, cambió.

64 ¿Vas a la cancha? No. A Independiente lo quiero mucho, pero por otro lado sufro un poco porque pensé que me podrían haber elegido como entrenador… soy sincero. De todas maneras, me alegro cuando le va bien.

65 ¿Cómo te llevabas con Grondona? Con Julio tenía una relación de amor-odio. Fue una relación muy fuerte y cercana al comienzo, que se enfrío bastante después.

66 ¿Por qué? No pasó nada en especial, pero de repente iba a conversar con él para ver si había alguna posibilidad de trabajo, porque él siempre sugería y comentaba con muchos dirigentes, como hace todo el mundo, viste, y nunca me dio pelota.

67 ¿Qué técnico joven te gusta? Almeyda. No sé cómo trabaja, pero veo sus equipos y me gusta cómo se expresa él. Veo muchos entrenadores jóvenes bien hablados, que saben manejar las situaciones, que no son agresivos como por ahí éramos nosotros.

68 ¿Es cierto que eras hincha de Racing de pibe? Sí, por mi papá, pero eso se va cuando sos profesional. Fijate que cuando jugaba en Nantes, el equipo que ponía más plata para traerme a la Argentina era Racing y yo preferí volver a Independiente. Ahí se termina.

69 ¿Y no te dio pena cuando en el 83 ustedes salieron campeones en la última fecha y Racing se fue a la B? Un poco de pena, sí, pero nosotros veníamos de dos subcampeonatos y queríamos ganar un título sí o sí. Esa tarde, cuando faltaba poco para terminar, invadieron la cancha unos hinchas del Rojo y Espósito, el juez, me dijo: “Mirá que te suspendo el partido, eh”, así que le tuve que meter una piña a uno, lo tiré al piso, para que se dieran cuenta los hinchas y se fueran. Así que estaba más pendiente de eso que de otra cosa.

70 ¿Estando en Independiente vos decías que eras hinchas de Racing? Lo dije alguna vez y no tuve problemas, eran otros tiempos. Hoy es mucho más complejo que un jugador lo pueda decir. El mundo cambió, está todo más agresivo, no solo en el fútbol.

71 ¿Pero hoy juegan Racing-Independiente y quién querés que gane? Independiente, más vale. Sufro mucho cuando le va mal a Independiente. Siempre le deseo suerte al Rojo. Me dolió que perdiera la final de la Liguilla con Racing, esperamos que pueda estar en la próxima Libertadores.

72 Tu día más feliz en el fútbol y tu día más triste. El momento cumbre fue vestir la camiseta de la Selección y ganar la Intercontinental. El más triste, cuando me quedé afuera del Mundial 86.

73 Y como técnico… La primera vez que salí campeón en Sion fue terrible: nos esperaba la gente en la ruta, arriba de los puentes, bajaban de las montañas a saludarnos. Fue el primer título del Sion en la historia, después lo ganó una vez más con un italiano y nunca más, se acabó, por eso en el vestuario de Sion están mis fotos. Para los festejos fue invitado Alain Delon y lo hicieron bajar en helicóptero en el medio de la cancha.

74 Te regalaron muchos tiradores, me contaron… Cierto, es que siempre vivía levantándome los pantalones y en esa zona de Suiza se fabricaban tiradores, así que todas las semanas me llegaban a casa 2 o 3 de regalo, ja, ja, igual no me los puse nunca…

75 Tu peor día como DT… Un viernes a la noche con Independiente, que veníamos con un invicto de 8 fechas y perdimos 3-2 con Colón en nuestra cancha y ahí dejamos escapar la chance de ser campeón, en el Clausura 2000. Terminamos subcampeones.

76 ¿Cuáles son los atributos más importantes que debe tener un DT? Conocer. Al jugador, el estilo, de táctica y estrategia. Hay que saber de fútbol y de grupos, las dos cosas son muy importantes.

77 ¿Por qué Argentina lleva tantos años sin ganar nada? Porque está entre los 6 u 8 mejores equipos del mundo y siempre le termina ganando otro, pero no nos olvidemos de que llegamos a varias finales y que en el 90 la perdimos con un penal inventado sobre la hora, que en el 2014 también nos robaron la final y perdimos faltando 7 minutos, una Copa América se nos fue en el descuento...

78 ¿Fue suicida Gallardo contra el Barcelona? No, hizo lo que creía. Ponzio estaba amonestado y reparte patadas para todos lados. Después, la diferencia con ciertos clubes europeos es sideral, no es como en nuestros tiempos que era más parejo, porque no se llevaban a los talentos sudamericanos de tan chiquitos. Hoy, es casi imposible competir contra equipos como el Barcelona.

79 ¿Cuánto tiempo fuiste instructor FIFA? Del 94 al 2000. Fue una experiencia muy linda, daba cursos en el extranjero, pero cuando me contrató la Federación de Suiza para tomar la selección, me sacaron.

80 ¿A Blatter lo conociste? Claro, compartí con él muchas comidas. Al ser técnico de la selección de Suiza me invitaron hasta al cumpleaños de Martina Hingis.

81 ¿Y te sorprende todo lo que se destapó este año? Para nada. Acá, el que siempre habló de corrupción en la FIFA fue Maradona. Acordate de que viene desde que quiso unir a todos los jugadores porque le parecía un disparate que los partidos de México 86 se jugaran al mediodía. Ahora se conocen historias de mucho dinero, no me sorprende.

82 Vos hiciste debutar a Verón, ¿ya mostraba gran calidad? Sí, ya se notaba, y con una gran personalidad. También hice debutar a Forlán en Independiente.

83 ¿Qué zaguero te gustó de los últimos tiempos? Gaby Milito fue un gran central. Me impresionó mucho el otro día la dupla central de la Selección con Otamendi y Funes Mori. Les tocaron dos partidos pesados, el Tata se la jugó y mostraron un gran aplomo.

84 ¿Racing quiso contratarte como DT? Sí, Juan Destéfano me lo propuso. Ahora, cada tanto, me lo cruzo caminando por Palermo y nos saludamos, pero le dije que no porque yo quería dirigir a Independiente, pasó lo mismo cuando era jugador. Al final, eligieron a Babington.

85 Los jugadores que te dieron más placer al dirigirlos. Tuve muchos. En Huracán estaban Huguito Morales, Teté Quiroz, Dalla Líbera; en Independiente, Cambiasso, Rolfi Montenegro, Forlán, todos esos me dieron mucho placer. Después, como jugador, Bochini fue mi debilidad. Si bien teníamos dificultades de comunicación, era especial jugar con el Bocha. Había que cuidarlo por su forma de ser.

86 Te enojaste con él cuando eras DT… Cuando yo era técnico y el Bocha, encargado del fútbol, criticaba mucho, entonces un día reuní a todos los directores técnicos y al Bocha, y le dije: “Bocha, dejate de romper un poco las bolas. En vez de criticar, laburá más”. Y listo. No me dijo nada, porque él no te dice nada.

87 ¿Te dio bola? No, ¿qué me va a dar bola? Imposible.

88 Haciendo una evaluación de tus carreras: ¿la de futbolista fue muy superior a la de entrenador? Muy superior, no, porque en definitiva salí 12 veces campeón como entrenador.  Como futbolista fueron títulos más importantes, sí, pero no es fácil ser campeón como DT, aún en países que no tienen tanta tradición.

89 ¿Qué puntajes les ponés? Como futbolista fue 8 o 9; como técnico, creo que no desarrollé toda mi capacidad, quizás por culpa de malas decisiones mías, así que le pongo un 6 o 7, porque igual estoy conforme.

90 ¿Qué estás haciendo de tu vida? Mirando mucha tele y tratando de volver a dirigir. Estuve en Municipal de Guatemala hasta julio del año pasado, perdí la final y me fui, además, porque tenía un pequeño problema de salud que ya solucioné. Desde entonces me contactaron de diversos clubes pero es complejo, porque los entrenadores somos muchos, sobre todo en la Argentina, donde parece que cuando uno llega a cierta edad, ya no sirve.

91 ¿Te sentís más reconocido en el exterior que en tu país? En la Argentina tuve una etapa muy buena, pero pasaron muchos años. Fui subcampeón con Independiente en el Clausura 2000 y el club vendió a muchos jugadores. Debe ser la época en que más se vendió: Mondragón al Metz de Francia, Marioni al Tenerife, Cristian Díaz al Udinese, Calderón al América de México, Cascini al Toulouse, Garnero se fue a Toros Neza, ¿pero quién se acuerda de eso? Y, antes, con Huracán clasificamos a una Copa internacional después de 20 años… Pasó hace mucho, igual no dejo de sentirme reconocido, en la calle me recuerdan muy bien.

92 Tu último equipo en la Argentina fue Godoy Cruz, ¿no? Sí, ¡y duré 6 partidos! (risas). Lo había agarrado a fines del 2009, me fui de vacaciones y le dije a Mansur, en tono informal: “Si no traen jugadores, me voy”. Y el 26 de diciembre me llamó y me dijo: “Como dijiste que no querías volver, estuve pensando y no vuelvas” (risas). Me limpió. Esa fue mi última experiencia en la Argentina. Antes, en Olimpo, en 2003.

93 ¿Sentís que cada vez se les hará más difícil dirigir en la Argentina a los entrenadores grandes como vos? Seguramente. Esa es una tendencia en la Argentina, porque en Europa, hay muchos entrenadores con experiencia. Acá vamos al revés: se necesita experiencia en muchos ámbitos pero parece que en el fútbol, no. Así que creo que 2016 me encontrará dirigiendo en un equipo del exterior, acá lo veo difícil.

94 ¿Será que a los entrenadores jóvenes les resulta más sencillo llegarles a los pibes de hoy? Indudablemente los pibes de hoy vienen cada vez más complejos y los padres, cada vez más, creen que tienen en su casa a un Messi en potencia. De todos modos, los tipos de experiencia pueden tener personas jóvenes al lado que mantengan una muy buena relación con los jóvenes. Por ejemplo, el caso de Ramón Díaz con su hijo Emiliano, que fue muy criticado, pero el tipo boludo no es. Muchos hablan de la nutrición, se hacen los sofisticados, pero digo: cuando Maradona ponía las cubiertas colgadas del travesaño para embocar la pelota, ¿era antiguo o moderno? ¿O traemos una computadora para que patee? Cuando yo ponía un palo de escoba y me quedaba pateando tiros libres, ¿era antiguo o moderno? Acá también hay mucho verso…

95 ¿Quién es Maxi Trossero? Mi hijo. Labura conmigo desde hace 5 años. Llegó hasta la Quinta División de Huracán y luego hizo el curso de entrenador. Maxi corta los partidos, habla idiomas, se conecta con el mundo, busca determinados ejercicios en internet. Es mi único ayudante de campo.

96 ¿Con Villaverde no trabajás más? Lo hicimos hasta 2003, y ahí me dijo que se sentía fuera del fútbol, que quería dedicarse a otra cosa: a la familia, a los negocios, y lo entendí.

97 ¿Te llegaron a ofrecer ser DT de Independiente en estos años? Me llamaron dos veces. Una, con Comparada, pero cuando me reuní me dijeron que era tarde, que ya habían arreglado con Mohamed. Y hace unos años, me citó el secretario del club, pero Cantero nunca llegó a la reunión. Me dijeron que estaba muy ocupado, entonces les dije: “Creo que lo más importante es tratar de salvar al equipo”. Por cómo venía la mano, me fui. Arregló Brindisi.

98 Siempre fuiste un tipo calentón, ¿estás más tranquilo a los 62? Es difícil cambiar. Hay técnicos que son supertranquilos y viven el partido sentados en el banco y otros que no, yo me sigo calentando.

99 ¿Existe el paladar negro? Es verso. Hay que ganar y punto. Lo mejor es jugar bien y ganar, ¿estamos de acuerdo? Pero después es muy difícil que de un equipo que salió 2° o 3° digan “¡qué bien jugaba!”. Puede haber uno o dos casos en la historia, y punto, quedan los campeones.

100 Pero en tu época no era así… Es que ahora a la cancha van muchos pibes que no tienen idea y solo les interesa ganar, esa es la verdad. Igual, nuestros equipos de Independiente eran bastante completos: jugaban bien y metían, porque estaban Bochini, Marangoni y Burruchaga pero también Clausen, el Loco Enrique, Giusti y Trossero. Te repito: para mí, el paladar negro no existe; existe ganar.

Por Diego Borinsky / Fotos: Archivo El Gráfico

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